EL DEL MEDIO DE LOS PANERO [Las apariciones apócrifas de Leopoldo María Panero]

martes, 28 de abril de 2015

LOCURA CREATIVA (de José G. Codornié)

LOCURA CREATIVA (Texto e Ilustración de José G. Codornié)

Panero en un psiquiátrico de Mondragón.
Una línea recta en la curvatura del cerebro desmadejándose en el laberinto de la mente certera, entre los surcos del cerebro como si fuesen trincheras excavadas para librar una antigua batalla que mil veces fue recogida en los Anales del Tiempo; la imaginación en la locura creativa. 
William Blake lo dijo: «Si el loco persistiera en su locura, se volvería sabio». 
Pero los locos son otros. Los que no saben de la locura.
Y la imaginación colma voraz la palabra y la extiende hasta comerse la sombra de la Realidad y hacerse sabia, como la sombra de Panero se come la luz del manicomio, como la materia consume la antimateria, como Neptuno se come a sus hijos. 
Todo se devora. 
Nietzsche en un psiquiátrico de Basilea. Hölderlin en un psiquiátrico de Tubinga. Walser en un psiquiátrico de Suiza. Maupassant en un psiquiátrico de París. El Marqués de Sade en un psiquiátrico de Charenton.  Artaud, Woolf, Blake… 
¡Bendita Puta locura!
Panero en un manicomio de Canarias.

Viviendo ficciones
en el laberinto
de las realidades.


CUADERNOS DE LA FRUSTRACIÓN (Inéditos), de José G. Codornié.

lunes, 27 de abril de 2015

Lo advertía ya Leopoldo María Panero... (Por Aitor Francos)

EL DEL MEDIO DE LOS PANERO
Según Chapu Valdegrama (c) 2015
Lo advertía ya Leopoldo María Panero en sus Tres historias de la vida real, los apócrifos terminarían sustituyéndolo: Mientras tanto en la casa de De Kooning, entre ruido de cadenas, siguen multiplicándose aparecidos.  Para Gsús Bonilla, el atractivo del poeta surgió a partir de la muerte de éste; Bonilla afirma acercarse a él desde el absoluto desconocimiento (salvo por  algún que otro poema que pudo leer en estos últimos años), y más, aclara, por curiosidad que por convencimiento. La portada de El del medio de los Panero tiene una llamativa instantánea de LMP en la Plaza de las Palomas de León, obra del fotógrafo José Ramón Vega. De los tres apartados del libro, el primero es una propuesta amena y participativa, son diálogos de Facebook que Bonilla ha recopilado y cuyo tema central es el poeta. La segunda parte me recuerda a una película de Woody Allen, Sueños de un seductor. A Allen se le aparecía Bogart en los momentos cruciales de su vida, y en los más comprometidos. A Bonilla, en cambio, le visita Leopoldo, desmejorado, fantasmal (seguramente no más fantasmal ni desmejorado que cuando estaba vivo) y aparatoso. En parte, podría entenderse que resurgiese para hablar y cuestionar los comentarios y artículos surgidos tras su fallecimiento, y para cerrar algunos cabos sueltos. Cada una de las apariciones se sucede tras unos versos del poeta (en el índice se señalan a qué libros pertenecen). En el último apartado, Bonilla decidió compartir el proyecto, pidiendo y recopilando textos, opiniones y experiencias, a escritores como David González, Ángel Guinda (que padeció a LMP una temporada en su domicilio, como se lee en El contorno del abismo, la biografía de LPM escrita por Benito Fernández) o a artistas visuales como Felipe Zapico. Interesante es la aportación de Alberto García Teresa, que en poco menos de una página describe con acierto al Panero irreverente y camaleónico, que nunca ocultó sus filias, el que desacralizó la figura de poeta, desligándose de etiquetas grupales, desde la desfachatez y la rebeldía. Otro de los colaboradores, Álex Portero, define así al poeta: Ingenuo, histrión, autoconsciente de su leyenda, falso y auténtico, egocéntrico y brillante. La mayoría defienden al LMP de personalidad magnetizadora, y no al que describen como títere comercializado, icono generacional, explotado sin escrúpulos, casi como un muñeco de trapo, el de los últimos años. Vicente Muñoz Álvarez, a este respecto, recuerda un número que le dedicó su fanzine Poemash y lo compara con aquellos indios norteamericanos, domesticados y exhibidos igual que anacrónicos peluches de feria.
Wittgenstein anotó en uno de sus diarios que uno vive eternamente si vive en el presente. Así le imagino yo a LMP: envuelto en la soledad de un mundo impenetrable. Un insecto prendido con alfileres, tan inquieto y desconcertante que en cualquier retrato que se le hiciera se revelaba a la larga siempre desenfocado.


Aitor Francos

LA FALSA MUERTE DE LEOPOLDO MARÍA PANERO

EL DEL MEDIO DE LOS PANERO
Según Chapu Valdegrama (c)2015
Mira qué locos, Leopoldo, 
que dicen que te has muerto
que te moriste dicen, Panero,
pero yo no me lo creo
te habrás disfrazado de muerto
porque no soportabas a los vivos
como te disfrazaste de loco
porque detestabas a muerte
a los disfrazados de cuerdos
como decidiste encerrarte
seguro que para burlarte
de los que se creían tan libres
dicen que te has muerto, Panero,
como si eso fuera posible, Leopoldo,
como si tus poemas no fueran 
a vivir por encima del tiempo
como si en la furia de tus versos
no fluyera la inmortal sangre
con la que los has escrito
y el barro y la ponzoña
y el prodigio y el delirio
habitarás la condición de fantasma
Leopoldo 
para visitar la casa de tu infancia
Panero
para amargar la muerte a tu familia
como te amargaba a ti la vida
para fumar y discutir con tus hermanos
para reíros juntos de nuevo
de nuestra condición de humanos
mira qué locos, Leopoldo,
que dicen que te has muerto
te habrás disfrazado de muerto
como te disfrazaste de maldito
para ir en contra de todos esos
que llevan siempre disfraz de benditos
mira qué locos, Panero,
que dicen que te has muerto
que debo de estar loco
porque yo no me lo creo.


FALSA MUERTE DE LEOPOLDO MARÍA PANERO. Javier Vayá Albert

martes, 21 de abril de 2015

LEOPOLDO MARÍA PANERO: EL ÚLTIMO GUERRERO

Proyección del documental 'MERIENDA DE NEGROS' de Elba Martinez

Merienda de negros (documento visual sobre Leopoldo María Panero, grabado en Las Palmas de Gran Canaria durante los años 2002, 2003) 

Donde Leopoldo María Panero pone la mirada pone la palabra y ésta es nada, o muerte, o el nombre de lo que no tiene nombre, un murmullo que querría decir su propia nada o muerte, algo que, haciéndose presente, aún no llega, el instante invisible de la desaparición, y entonces se dice la poesía, hecha del “Vi” de Juan en el Apocalipsis, “Te ofrezco en mi mano/ los sauces que no he visto”, y Elba Martínez graba esas escenas, múltiples y la misma, la imagen de lo atroz. La oscuridad en la oscuridad. ¿Alguna luz? Sí, luz negra: “Yo no sé qué es la luz”.

Tua Blesa (Sobre 'Merienda de negros') https://elbamartinez.wordpress.com/texts/que-mira-leopoldo-maria-panero-por-tua-blesa-2003/

POEMASH "Deseo de ser piel roja", con:

Bacovicious
Álex Portero
Zoografico Rodrigo
José G. Cordonié

POEMASH suplemento poético del fanzine Vinalia Trippers, que en su nº13, bajo el título 'Deseo de ser piel roja', está dedicado a Leopoldo María Panero

Prólogo

Aunque como todos los tripulantes nos sentimos en el fondo más indios que vaqueros, no podía ser de otra manera, hemos decidido dedicarles a ellos, los indios pieles rojas, este Poemash.

Despojados, humillados, alienados y masacrados en nombre del progreso, marginados, iluminados y auténticos, ellos, los indios pieles rojas, nos han inspirado estos poemas, ajuste de cuentas que desde hace mucho teníamos pendiente.

Cheyennes, Arapahoes, Pies Negros, Mohícanos, Apaches, Navajos, Semínolas, Mojaves, Pueblos, Comanches, Hopis, Dakotas, Sioux, Serranos, Iowas, Cuervos y demás desposeídos del mundo, por vosotros brindamos.

Y también por Leopoldo María Panero, siempre presente (con su hacha de guerra en la mano), del que tomamos prestado el poema que da título a este libro: Deseo de ser piel roja.

Salud & Paz en la Tierra
(Vicente Muñoz Alvarez)

Música con: EL GATO MOJADO: El nuevo proyecto de Kike Morten, cantante de La Diligencia de los Vaqueros Zombies, punk multifacético, lo mismo te toca un western desgarrado espídico, que te pinta un cuadro al óleo... amante de su guitarra y caballo, estará con nosotros matándonos con unas cuantas canciones.

http://gatomojado.bandcamp.com/album/la-moral-del-perdedor-demo



martes, 7 de abril de 2015

Y Gsús Bonilla se atrevió con Panero

Por Jorge M Molinero/ 27 de marzo 2015/Presentación



El del medio de los Panero (Las apariciones apócrifas de Leopoldo María Panero), último libro de Gsús Bonilla, fue traído a la librería el viernes. Jorge Molinero se encargó de la jocosa presentación que, como se verá, no tiene pérdida.


"Bonilla siempre me pide presentar, un orgullo pero un marrón xq cada vez lo pone más difícil. 

El libro va sobre las apariciones apócrifas que Leopoldo María Panero realiza al poeta extremeño. En el libro se cuenta con una pincelada que hay rasgos comunes entre los locos. También se dice entre los asesinos en serie. Es difícil aseverar que Panero y Bonilla comparten algún rasgo físico, pero cierto es que les une el talento y la manera de ruptura en la poesía. 

Pero como he dicho antes, Bonilla lo pone muy complicado el cómo presentarle sin quedar como un imbécil, y para preparar esta breve introducción empecé a dar vueltas y vueltas hasta que me quedé dormido: 

-eh, molinero, chisss, molinero, qué pasa que me pitan los oídos por tu culpa 
-hostia, panero!! creí que sólo te aparecías a bonilla, tío, finalista del premio nacional de poesía y de la crítica, un fenómeno, yo soy un mindundi. 
-jhe, jhe, es que como eres colega de él te quería preguntar: ¿qué le ha pasado en las elecciones andaluzas? Vaya patinazo ha dado el cabrón. 
-¿elecciones? No te entiendo. 
-joder, el moreno bonilla, que se ha caído con todo el equipo, que hijoputa, mucho comida para perros, poesía social y es del pp, ahora entiendo que me haya vendido como todos y se lucre a costa de mi memoria. Y encima no se deja meter mano el bello efebo.
-jaja, panero, qué no, que es otro, jaja. 
-mis cojones, molinero, moreno bonilla, el poeta traidor no es un rubio querubín precisamente y bonilla, es bonilla, no me engañes: bah, No soporto la voz humana, mujer, tapa los gritos del mercado y que no vuelva a nosotros la memoria del hijo que nació de tu vientre. 
-en serio, leopoldo, que no es el mismo, joder, si tu bonilla pasa de partidos y toda esa mierda, es muy escéptico y descreído, no le veo yo de político, y del pp, no jodas, imposible. 
-si es que estoy mu dolido con el apolíneo bonilla, que me ha hecho títere y bufón de nuevo, como todas esas aves de rapiña que explotaron mi talento y mi locura. 
-qué va panero, qué va, si al final las conversaciones que tiene contigo son solo una excusa para dar su opinión sobre muchos temas como la situación de la poesía, la amistad, las grandezas y miserias humanas, incluso el amor... 
-ala, encima me utiliza y no me hace protagonista, se burla para soltar su mierda de siempre el cabrón, peor me lo pones, igual que el marica de bunbury, que me sacó del loquero, me dio tabaco y cocacola y se forró a costa de mi figura excelsa y decadente: oscuridad, nieve, buitres... 
-no sé tío, yo ahí no me meto, para mí bonilla y bunbury... 
-mira molinero, me voy, lo dejo, dile que tampoco es para tanto, que estoy de buen humor porque me he tomado una cocacola por aquí con el chavo.
-¿qué chavo? 
-al que comes el rabo, jhe, jhe, jhe, te la he clavao, bacalao. 
-muy buena sí... supongo que será el chavo del ocho. 
-por el culo te la entocho, jajaja, vaya un tolai que eres molinero, al menos bonilla es mejor contendiente en lo dialéctico y mucho más apetecible carnalmente. 
-sí, no me has llamado efebo ni una vez y no me has intentado meter mano -bueno te corto. Ah, se me olvidaba, me ha dao recuerdos para ti un tal michael hutchence, estaba de unos cojones, dice que se caga en tu puta madre y que te alegra un huevo de que estés vendiendo una mierda. Ala, a cascarla: por tu interior, te quiero por tu interior..."




NARCISO. MODESTO. Y EL AMOR PROPIO.

Gsús Bonilla, para Bebiendo versos

Cabecera de la bitácora Bebiendo Versos

En los tiempos del rigor y el análisis tiene su aquél meterse en el berenjenal de las  ocurrencias. De manera que afrontar un nuevo paisaje sobre la figura de Leopoldo María Panero es penetrar en un atolladero del que uno no sabe bien cómo va a salir. Tampoco es que me importe mucho. Escribes con el único propósito de ser fiel a ti mismo y volver a habitar tu pequeño espacio de libertad absoluta. Tengo idealizada a la poesía —que podría extrapolar al campo narrativo— como un lugar o espacio libre, en el que el individuo obra, o no, según su inteligencia o antojo. Esta afirmación no es nueva, solo es una conclusión simplista que nace después de pasar varias horas, durante semanas, frente al estante de la sección de poesía en una biblioteca pública cualquiera. Una vez encontré un libro de mística allí, mal ubicado. En una de sus solapas estaba escrito: No busques. Aquello que es, es. Detente y mira. Dicho lo cual, tampoco trato de engañar a nadie, ni engañarme a mí mismo. Así pues, otra verdad sería, que en esta nueva propuesta abordé la figura, la vida y obra, de Leopoldo María Panero desde el absoluto desconocimiento, más allá de algún que otro poema que pude leer en estos últimos años, y más por curiosidad que por convencimiento. A decir verdad, siempre fue un poeta que me atrajo más bien poco. Personalmente me es muy difícil tener cierta empatía por aquellos que su proyecto personal, sea del ámbito que sea, esté por encima de todo lo demás. Si acaso, de vez en cuando, te queda reírles las gracias, y a veces de mala gana. En el mundo de la poesía la figura del egoísta moral, tiene mucho recorrido y no dejan de ser curiosos los personajes, a veces sobreactuaciones de sí mismos, que habitan en él. Respetables, por supuesto, pero nada más. Por tanto, Leopoldo María Panero lo que sí me ofrece es una serie de guiños y ganchos para afrontar el derrotero del humor y la ironía (para mi regocijo), con una idea de juego y diversión, para puro disfrute de uno mismo, en un momento complejo de mi vida personal. Una de las conclusiones que podríamos sacar de este autor es la de que era un enfermo diagnosticado y tratado por la Psiquiatría, sí, pero también la de un enfermo de literatura —también diagnosticado—; aunque a diferencia de su mal físico, en este otro mal de espíritu, lo que se atisba es que tuvo un tratamiento diseñado y personalizado por todo aquello que rodea al mundo de la literatura, donde hay mucho de fingimiento, de hipocresía y engaño, y todos estos elementos tienen que ver mucho con la ficción y El del medio de los Panero [Las apariciones apócrifas de Leopoldo María Panero], entre otras cosas, es un libro de ficción. Y la ficción solo es eso: Ficción.

Pero no sólo de ficción malsevive en la lectura. El libro se compone de tres partes, si bien la dos primeras tienen que ver con la casualidad y la ficción, la tercera no tiene nada que ver con la improvisación y es la más premeditada de las tres, a la hora  de confeccionar el libro, cuyo eje principal iba a ser Leopoldo María Panero. Había un “exceso” de irrealidad en todo, y ciertamente me parecía un cambio muy drástico en comparación con mis anteriores propuestas literarias. El libro, su parte central, está ideada en supuestos encuentros con Leopoldo María, en ese estado en el que uno trata de conciliar el sueño, por tanto el diálogo que acontece está dotado de imposibles y absurdos, en ocasiones rozando lo delirante. Pensé que no estaría de más darle algo de equilibrio a la propuesta, porque también sería bueno para dar credibilidad a mi personaje; entonces tenía que ofrecer en una de las partes del libro esa veracidad que rodea al mito Leopoldo María Panero y situarlo en contraposición al hecho ficticio, y quería hacerlo con alguien cuya experiencia vital con el autor había sido vivida en primera persona. En un primer momento concebí esta particularidad como una especie de epílogo para cerrar el libro, pero estos procesos creativos son muy enriquecedores cuando los compartes y no los guardas en tu estudio como si fuese el mejor de los tesoros; en esa peripecia de dar a leer a unos y otros tus borradores surgió la idea de por qué en vez de uno, no fuesen varios los que aportasen su punto de vista en esta parte del libro, y además, por qué no hacer que este acontecimiento se apuntalara desde diferentes perspectivas; por tanto, lo que ocurre en este extenso epílogo es que se ha convertido en, como dije, la parte tercera del libro, y, no me cabe duda, que la más importante, cosa que agradezco inmensamente a quienes han colaborado en ella. En la misma se dan cita editores, poetas, creadores, libreros, críticos, periodistas, lectores, amigos personales del poeta, que se suceden entre sí construyendo de esta manera una nueva realidad de Leopoldo María Panero, muy similar a la que todo el mundo ya conoce, pero que en este caso, la diferencia radica en que la mayoría de los/as que proponen este nuevo panorama no sale en ninguna de las biografías o ensayos de los que se hayan podido escribir hasta ahora sobre el poeta. Y esta propuesta literaria se ha agrandado y enriquecido gracias a los autores que en ella han colaborado: Alberto García-Teresa, Alex Portero, Alpasky, Ángel Guinda, Charo Fierro, David González, Elba Martínez, Eloísa Otero, Esteban Gutiérrez Gómez, Felipe Zapico, José Ángel Barrueco, Julio César Álvarez, María Ángeles Maeso, Óscar Ayala, Sor Kampana y Vicente Muñoz Álvarez. Así como la magnífica aportación para la cover de este libro, sobre una instantánea de Leopoldo María Panero en la Plaza de las Palomas de León, obra del fotógrafo leonés José Ramón Vega.