"Fortunato Depero" (1923), simetría de Filippo Marinetti |
Dos o tres semanas antes del fallecimiento del poeta, es decir, mucho antes de siquiera saber que EL DEL MEDIO DE LOS PANERO [Las apariciones apócrifas de Leopoldo María Panero] iba a ser “algo”, por entonces solo era un par de estados en mi muro de la red social Facebook, eso sí con mucha coña; en aquellos días “las apariciones” consistían en una especie de mensajes cercanos a lo telepático. En uno de aquellos post publiqué un borrador sobre una ilustración que se acercaba al careto de aquel hombre, de nombre Leopoldo María Panero, que se me “aparecía” brevemente en el duermevela de aquellas primeras madrugadas.
En el hilo de comentarios surgió un pequeño debate sobre lo que habría de común en ciertos rasgos de la locura; la similitud de rasgos y parecido que comparten algunas personas con determinadas dolencias, como podría ser la locura, depresión, etc… La verdad, no me lo había planteado nunca, yo desconozco por completo que esto pudiera ser así.
Resulta que uno de los comentarios apuntaba sobre el parecido de aquel borrador de Leopoldo con la cara del escritor norteamericano J. D. Salinger; tampoco tenía idea de esta casualidad, como poco después supe, leyendo alguna biografía, que el escritor de El guardián del centeno, sufría depresiones, brotes de desesperación y cierta angustia colérica que lo hundía en la cama de algunos psiquiátricos; también, con Leopoldo, puede que compartiese ese aislamiento premeditado para con el resto de sus congéneres, si bien, llevado al extremo hasta el final de sus días por el de Nueva York.
Pasado unos meses, muerto el poeta, y la coña y la ficción empiezan a tomar apariencia de libro, recupero aquel borrador, entintado ya, para incluirlo en EL DEL MEDIO DE LOS PANERO.
Aunque sigo desconociendo por qué hay ciertas personas que aparentan facciones parecidas entre ellas, y por qué muchas veces decimos cómo me recuerda a tal o cuál, según ciertos criterios, no deja de resultarme curioso un libro con el que di, gracias a “LEOPOLDO MARÍA PANERO: ENFERMEDAD MENTAL Y LITERATURA”, de Sergio Augusto Sánchez Bustos, (U.C.M, FACULTAD DE MEDICINA, Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública (Historia de la Ciencia), Madrid, 2012) y que contenía un texto, si no revelador, bastante curioso, y que de alguna manera conseguía que entendiese la razón de aquellas particulares similitudes entre personas con determinados padecimientos; aunque salvando las distancias y seguro que con muchas discrepancias también.
Aquel texto, del psiquiatra y criminólogo italiano Echia Marco (Cesare) Lombroso (1835-1909), sostiene y concreta en l’Uomo Criminale (1876) categorías de delincuentes en base a las medidas craneales, formas de la cara, etc; en él se emparenta a través de un particular recorrido, a ladrones, violadores, asesinos, revolucionarios, epilépticos, prostitutas, homosexuales, niños, salvajes, etcétera. Seguro que alejado de lo científico, y muy cerca de la impronta, como suele suceder cuando enjuiciamos o prejuzgamos a las personas, desde el punto de vista de la bondad o la malicia.
Aquel texto, del psiquiatra y criminólogo italiano Echia Marco (Cesare) Lombroso (1835-1909), sostiene y concreta en l’Uomo Criminale (1876) categorías de delincuentes en base a las medidas craneales, formas de la cara, etc; en él se emparenta a través de un particular recorrido, a ladrones, violadores, asesinos, revolucionarios, epilépticos, prostitutas, homosexuales, niños, salvajes, etcétera. Seguro que alejado de lo científico, y muy cerca de la impronta, como suele suceder cuando enjuiciamos o prejuzgamos a las personas, desde el punto de vista de la bondad o la malicia.
Quizá por ello me alegre de no solo por lo que en aquella ilustración quería reflejar, sino también por el contenido de estas apariciones apócrifas que engloba EL DEL MEDIO DE LOS PANERO, y que todo tenga que ver más con una realidad del subconsciente, onírica e imaginaria y también irracional; siempre mucho más allá que con cualquier otra la realidad, sobretodo física.
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